sábado, 23 de abril de 2011

Ollanta y Keiko buscan desmarcarse del pasado

Ollanta Humala y Keiko Fujimori nos recuerdan un pasado que no queremos volver a vivir. Aun así estamos en la encrucijada de tener que elegir entre los dos y nos quedan 44 días para tomar una decisión. Hoy más que nunca la publicidad electoral podría convertirse en un factor clave para inclinar la balanza.




Los directores creativos suelen decir que hay verdades universales en este campo: la gente vota por personas y no por programas, el pueblo vota por emociones y no por razones y si bien para ellos es importante saber que hay planes de gobierno, el contenido no interesa, pues, basta con saber que existen. Sin embargo, este último punto resulta discutible en las circunstancias actuales.
Hasta el momento queda claro que a Humala lo humanizaron. Cambió su imagen de radical por la de un padre de familia conciliador que se dirige tanto a empresarios como a la gente común. Ofrece propuestas con nombre propio para ganar credibilidad (Pensión 65, Cuna más, etc.). Pero de vez en cuando la sonrisa que lleva tatuada en el rostro se convierte en una mueca agresiva y es ahí cuando sospechamos que algo nos oculta.
“Está muy bien asesorado”, opina Ximena Vega, vicepresidenta regional de Mayo Publicidad. “Ha sido consistente todo este tiempo en su comunicación. La ropa, la sonrisa congelada, cada elemento ha sido analizado”.
En tanto, Keiko Fujimori se presenta como la ‘chancona’ que hizo la tarea. Proyecta seriedad y ha sido la más ecuánime en cada aparición pública. El lazo con su padre le mantiene un electorado fiel, pero al mismo tiempo le impide ganar nuevos adeptos.
EMPIEZA EL ÚLTIMO ROUND
“Mientras Humala viene respondiendo todo y manda voceros a los programas de radio y televisión, Keiko parece estar en una etapa de análisis. Como si estuviera guardando fuerzas para recién salir cuando falte un mes para la votación”, opina Vega, quien agrega que el gran problema de la candidata de Fuerza 2011, al margen de los cuestionamientos al gobierno de su padre, es que no habla del futuro y por lo tanto no propone nada nuevo.
“Ella debería ser más agresiva en tratar de generar confianza y prometer que no se repetirá la corrupción que se vivió con su padre. A Humala, en cambio, le basta con mantener su posición. Seguramente va a continuar con su guion impostado que le ha funcionado y le da rédito político”, vaticina Luis Alvarado, director ejecutivo de Mercadotecnia.
Si en algo coinciden los dos publicistas es que ninguno cree en la versión moderada de Humala. “Él ha dicho que su plan de gobierno no dice lo que está escrito. Es un discurso consistente donde evade cualquier relación con temas como la nacionalización y Hugo Chávez. Y ha llegado a un punto en el que la gente se lo está creyendo y le están dando el beneficio de la duda”, indica Vega.
Para el consultor y publicista Abel Aguilar toda estrategia de campaña tiene etapas, pero cuando el márketing se vuelve obvio se convierte en manipulación. “Lo vemos de blanco impecable. Con su familia. No hay nada espontáneo. Solo busca ganar votos”.
Los especialistas manifiestan que la clave del triunfo de Humala pasa por mantener un mensaje consistente. Por un lado debe seguir negando los peligros de su plan de gobierno y, por el otro, su entorno ya dio un buen primer paso mandando a Chávez a bañarse al Orinoco. La tarea ahora es relacionar a Keiko y sus allegados con corrupción.
A ella le queda reforzar la parte propositiva y desmarcarse con firmeza de todo lo negativo que pueda evocar Alberto Fujimori. Pedir perdón no estaría de más.
“Podría sacar las imágenes de Humala en la elección anterior. Con el puño en alto y la vena salida de furia. Debería tratar de recordarle a la gente quién es él por dentro, cuando no tiene asesores”, sugiere Vega.
Visto esto, ¿podríamos esperar una intensa campaña negativa en las próximas semanas? Alvarado sostiene que los posibles ataques no vendrán de los candidatos sino de otros grupos políticos o allegados. Como en el 2001 que no fue Perú Posible el que atacó al Apra a través de spots sino el FIM. “Ellos no se van a ensuciar. La publicidad es un factor, pero no determina una elección. Si sobresaturas haces daño. Pero en este caso menos no es más. Ahora sí tienen que jugársela”, precisa.

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